En Educación Infantil es totalmente fundamental prestar atención individualizada al alumnado. Cada niño tiene su propio proceso de madurez, sus circunstancias y sus características particulares que le hacen diferente y único. Pero todos han de alcanzar los objetivos de etapa propuestos. Las medidas de atención a la diversidad irán encaminadas en todo momento a lograr que todos alcancen los objetivos de la etapa.
Desde Trazos, guardería en Albacete queremos destacar la importancia de la atención a la diversidad y cómo aplicar estas medidas.
Utilizar las competencias básicas como referente para la niña y el niño del primer ciclo de educación infantil, implica aceptar que también debe ser capaz de hacer lo que por su edad le corresponde para su desarrollo madurativo. Se debe abordar tempranamente la construcción de la personalidad y, sobre todo, la prevención de posibles dificultades.
Las competencias básicas, desde el proceso de enseñanza, son aquellos conocimientos, destrezas y actitudes necesarios para que una persona alcance su desarrollo personal, escolar y social.
La competencia la demuestra el alumnado cuando es capaz de actuar, de resolver, de producir o de transformar la realidad a través de las tareas que se le proponen. La competencia, desde el doble proceso de enseñanza y aprendizaje, se adquiere y mejora a lo largo de la vida en un proceso que puede ser secuenciado y valorado en las distintas fases de la secuencia.
La atención a la diversidad es un principio básico para lograr una individualización de la enseñanza. La individualización de la enseñanza permite adaptar la práctica educativa a las características personales, las necesidades, los intereses, el estilo cognitivo, el ritmo y el proceso de maduración de los niños de estas edades. Se trata de desarrollar al máximo todas las potencialidades de cada niño.
Las programaciones han de ser abiertas y flexibles para permitir la atención individualizada en el proceso de aprendizaje de cada niño. Debemos adoptar un planteamiento educativo receptivo a las necesidades individuales, diversificado, flexible y positivo. Las actividades planteadas en el aula han de responder a diferentes intereses. En el aula se puede trabajar a distintos niveles, en pequeños grupos, teniendo en cuenta la curiosidad e interés diferenciado de los niños, la dificultad de la actividad a realizar, el momento evolutivo de cada niño, etc.
En esta etapa, la diversidad es mayor que en ninguna otra, principalmente por las diferencias madurativas condicionadas por la edad del niño.La interacción entre niños de distintas edades ayuda tanto a los pequeños como a los mayores en su proceso de desarrollo.
Los niños del primer ciclo de la etapa tienen muy distintos ritmos y necesidades fisiológicas, además de necesidades específicas en relación con su salud y alimentación. Estas diferencias han de respetarse en la organización de la actividad en el aula para asegurar su bienestar y desarrollo armónico y equilibrado. Asimismo, habrá que considerar también aspectos propios de su desarrollo socioemocional, y rasgos personales como diferentes tipos de apego, autoestima, seguridad y confianza, etc.
El Centro debe ofrecer un ambiente de aprendizaje estimulante y favorecedor de los diferentes intereses y estilos de aprendizaje de los niños. Contará con espacios que favorezcan la experimentación, comunicación, desarrollo motor, la manipulación, la representación simbólica, etc.
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